6.8.06

Oscuridad & brillo

No se dio cuenta, cuando se encontraba caminando por las calles, sin rumbo aparente, sus lágrimas corrían por sus mejillas, llovía, razón por la cual nadie advertía lo que le sucedía. Sin apenas darse cuenta, comenzó a acelerar su paso, lo cual la llevó inevitablemente a cometer torpezas, tropezaba con muchos al transitar, se excusaba corresponientemente, hasta que logró adentarse en un pasaje, silencioso, donde la ausencia de almas circundantes lograba calarle el alma, se sentó en la vereda, cansada, jadeante, comenzó a pensar y se dio cuenta de que había atravesado toda la ciudad, durante minutos que le parecieron apenas ser unos instantes, en ese momento se sintíó aturdida, no tenía claro qué era lo que había gatillado lo sucedido, así es que comenzó a pensar, lo que la llevó rápidamente a un aletargamiento infinito, casi placentero, era indescriptible la sensación que se produjo dentro de sí, era como sentirse en las nubes, poco a poco ascendía, no se resistió de manera alguna, porque sabía que era precisamente aquello lo que hace tanto tiempo buscaba con ahínco, el desprendimiento total de lo terrenal. Era casi como no estar presente y estarlo a la vez, era como volar, como tratar de ir lejos, a un lugar donde sólo existiese ella, lo que sentía y la naturaleza. Un lugar donde las oscuridades no existían, donde todo estaba repleto de luz, no de sol, no; de esa luz que irradia cada uno de los elementos presentes en el mundo, ese brillo que despega la esencia de las cosas. Fue en ese momento cuando comprendió lo que la había tenido mal durante años, la oscuridad, la soledad, la frivolidad, todo aquello que logra opacar el brillo de lo circundante, como también lo que evitaba que el mundo en general fuese capaz de percibir la magnificencia en la cual había tenido el privilegio de existir. Fue así como de repente despertó, abrió los ojos y se dio cuenta de cual era su misión...el tratar de quitarle la venda de los ojos a todos los hombres, o por lo menos a los que pudiese llegar. Debía hablarle a sus corazones, traspasar su coraza y dialogar con ellos...su medio, la literatura.

1.8.06

Sólo un sonido más en el aire


Hace un par de días me preguntaste si acaso no me había aburrido de todo esto, pues claro que sí, cómo no iba a aburrirme de lo sucedido. En este instante me siento arrogante pensando que he entregado muchísimo más que tú en este puente de sentimientos y no he recibido nada más que promesas, vacías por cierto; promesas sin retorno; palabras dichas al aire; quizás fue tan banal lo que dijiste que cada uno de los sonidos que emergieron de tu boca lograron mimetizarse perfectamente con el medio, en el mejor de los casos prefirieron fusionarse con la brisa circundante y viajar lejos, deseando llegar a un lugar indefinido por cierto, quizás impreciso, pero no por eso inexistente; especulo, estaban deseosos de dar vida en otro paraje, uno donde según ellos sí eran requeridos con profundidad, pero cuán errados estaban si pensaron que era prescindible que llegasen donde habían sido destinados al ser gestados. Supongo que era parte de su libre albedrío el escoger donde llegar; a lo mejor sería bueno que supieran que me rompieron el corazón en mil pedazos, y que el libre albedrío es óptimo siempre y cuando al ejercerse no se dañe a un tercero, que es bajo este prisma lo que vendría a constituir mi persona. Te aconsejo en el futuro otorgar mejores directrices a tus balbuceos para que al vivir no operes de la forma en la que funcionaría una máquina generadora de tristezas en un mundo hecho para ser disfrutado como si cada instante fuese el último, donde cada milésima de segundo exige a gritos, aparentemente insondables, ser vivido en plenitud y con alegría.

Sueños



[...]"De vuelta en el tiempo Cervantes murió y Don Quijote se sintió muy solo[...]

Don Quijote como siempre, cómo me habría gustado haber sido él, o por lo menos haber seguido sus pasos, la lucha incondicional, perpetua e infinita en pos de "tonterías", de esos sueños que no hacen más que lograr que nos desvelemos en pro de algo que es casi imposible, pero cuán gratificante es para el alma el ser parte de toda esa niebla sublime.
Los sueños son sinónimo de felicidad, de plenitud, si todos buscamos ser felices ¿por qué no luchamos por nuestros sueños entonces?, claramente somos seres enigmáticos, quizás es porque preferimos quejarnos de nuestro alrededor antes que estar bien con nosotros y Dios mismo, no lo sé...