Abrí los ojos, miré a mi alrededor, aún permanecían en mi mente los fragmentos alborotados de los que probablemente habían sido mis sueños durante las cinco horas que permanecí recostada en mi cama. Mi mirada un tanto desorbitada buscaba anhelante alguna señal que me pudiese indicar que estabas cerca, no obstante a mi alrededor se encontraba lo mismo de siempre...cuatro paredes, un techo, un piso, un cuadro, un velador, un mueble con un televisor encima...objetos vacíos que no eran capaces de transmitirme algo de afecto sino que sólo me recordaban la frivolidad del mundo, su impersonalidad y su conformismo para con lo material, eso que se busca con ahínco para suplir las carencias que portamos con tristeza. Difícil fue asumir que el día de hoy nuevamente te encontrarías lejos de mí, que por más que quisiera estar contigo para poder abrazarte, besarte y demostrarte cuanto te quiero, no era más que un imposible, puesto que las circunstancias reales no me eran favorables ni iban a cambiar sólo por lo que sentía y siento...se necesita mucho más que aquello para modificar la realidad...se necesita actuar, luchar(...)
Supongo que en eso se mantuvo ocupada mi mente durante las siguientes tres horas en las cuales di vueltas en la cama y en mi propio ser para hacerme el ánimo de levantarme y disfrutar el bello día que estaba a la espera de todo aquel que deseara disfrutarlo.
Aún así me fue compleja la tarea, no se trataba únicamente de buscar las fuerzas donde ya no las habían, sino que abarcaba mucho más que éso...era reencontrar un bastón que me permitiera seguir caminando a pesar de todo lo que te extraño y necesito. Era encontrar la forma de explicarle a mi corazón que hoy era
un día más de espera, un día como ya venían acumulándose muchos hacía meses, en los cuales por más que los sentimientos crecieran no cambiarían la realidad....
Y así pasaron los segundos, los minutos y las horas a lo largo de la mañana.... sin otro pensamiento que no fueras tú, todo lo que te quiero y cuanto deseo que estés aquí...conmigo